Los envases del futuro serán responsables, sostenibles y ecológicos, sin sacrificar en eficacia e higiene de los actuales. Cada vez los consumidores son más exigentes con sus marcas a la hora de elegir sus productos y de castigar aquellas prácticas que no consideren dentro de las líneas éticas que actualmente rigen los hábitos de compra.
La naturaleza también genera emisiones de dióxido de carbono (CO2) que absorbe en la misma medida. De ahí que sea un hecho irrefutable que nuestra industria genere un desequilibrio en las emisiones de CO2. Entonces, ¿qué se puede hacer para evitar que esto aumente?
Soluciones sostenibles para reducir el impacto ambiental
Envases biodegradables
Una de las soluciones más prometedoras son los envases biodegradables, que se descomponen de manera natural sin dejar residuos dañinos. Materiales como bioplásticos, cartón ciclado o papel compostable está sustituyendo a los plásticos de un solo uso en sectores como la alimentación y la cosmética.
Las empresas con una fuerte conciencia ambiental han integrado estos materiales en sus productos, logrando envases funcionales y estéticamente atractivos que cumplen con regulaciones ambientales
Economía circular: envases diseñados para reutilizarse
La economía circular busca minimizar residuos y maximizar la reutilización de materiales. En este contexto, los envases del futuro deberán:
- Usar materiales reciclados y reciclables.
- Diseñarse para ser reutilizados o compostados.
- Reducir la dependencia de recursos vírgenes.
- Minimizar la cantidad de desechos en vertederos y océanos.
Tipos de embalaje y su contribución al medioambiente
Hay tres tipos de embalajes que se diferencian por su funcionalidad: el primario, secundario y terciario.
- Embalaje primario: son todos aquellos envases que protegen directamente un producto. Por ejemplo, botellas, bandejas, vasos para café o soda, dónde se verterá directamente el contenido.
- Embalaje secundario: son las cajas donde se empaquetan los productos. Este tipo de envases ayudan a transportarlos, realizando agrupaciones o la unidad de venta. Por ejemplo, la caja de un medicamento, una colonia, caja con porciones de comida, etc….
- Embalaje terciario: también son cajas cuya función es proteger el producto, pero la diferencia es que son para un transporte o estancia prolongados, y así aseguran que las mercancías lleguen y se encuentren en buenas condiciones durante los procesos de distribución y venta. Por ejemplo, algunas cajas de cartones duros y resistentes.
Ahora bien, en lo que respecta al contexto medioambiental, su correspondiente relación con los envases y su presentación en función de los productos que promueven, es necesario también indicar cómo la industria del diseño ha evolucionado para corresponder esta creciente necesidad de coadyuvar con el medio ambiente y satisfacer las demandas de consumo.
Muchas empresas han propuesto soluciones de embalaje con visión ambientalista para, de esta manera, ofrecer envases que, además de cubrir la función primordial de contener y proteger al producto, proporcionen valor agregado, ya sea que le den un uso adicional.
Un mejor futuro con envases biodegradables
En resumen, acciones concretas como la utilización de envases con una menor presencia de plástico van a permitir una mejor convivencia del ser humano con el planeta, puesto que siempre alternativas amigables con el medioambiente.
Y es precisamente a las nuevas generaciones a quienes les atañe esta tarea, puesto que con un mayor acceso a la información pueden tener un mejor criterio para discernir entre los envases del futuro. Es decir, entre los embalajes de productos que marcan la diferencia a través de la sostenibilidad, o entre aquellos envases que solo sirven una vez y no coadyuvan al entorno. Por eso, un diseño responsable, avisos innovadores y materiales biodegradables o reciclables forman parte de esta creciente ola de conciencia medioambiental.