El embalaje ecológico es una tendencia cada vez más demandada por empresas y clientes para aplicar los principios de la sostenibilidad al proceso de embalar un producto. Existe una mayor conciencia de la necesidad de proteger el medioambiente y la salud de los habitantes del planeta. Esto ha llevado a encontrar soluciones y recursos para hacer más ecológicos el etiquetado y los envoltorios.
Además de por los beneficios medioambientales, los productores encuentran en el packaging sostenible otras ventajas, como el ahorro de gastos por el uso de menos material. Entre estas, destacamos la percepción positiva que los futuros clientes pueden tener sobre la marca.
De hecho, aplicar sistemas de embalaje que tienen en cuenta la ecología es una muestra del esfuerzo por cuidar del interés general incluso a través de los pequeños detalles. Y, en el caso que nos ocupa, los usuarios lo percibirán a simple vista.
Los criterios medioambientales forman parte del abanico de factores que valora la población a la hora de decidir las compras. Este es un aspecto fundamental a la hora de trazar nuestra estrategia de marketing. Y va más allá de utilizar nombres con referencias a lo ecológico o lo «bio»; tenemos que percibirlo en hechos tangibles, como, por ejemplo, la elección del tipo de materiales utilizados.
Los nuevos avances en las tecnologías de los materiales y en la reutilización dotan de herramientas a los diseñadores para que pongan en marcha lo que se conoce como ecodiseño. El siguiente paso es que las empresas puedan responder esta pregunta: ¿cómo aplicar los conceptos del ecodiseño al ámbito del embalaje?
Materiales sostenibles para el embalaje ecológico
A través del asesoramiento especializado de empresas como Deal II, podemos encontrar las opciones que se ajustan a las necesidades de empaquetado de cada producto. Existen diversos materiales que facilitan este proceso y que responden a unas características básicas: han de ser reciclables, biodegradables y reutilizables.
En la actualidad, todos somos conscientes del perjuicio que causan los plásticos al entorno. Sabemos que tardan muchos años en descomponerse por completo y conocemos con exactitud los efectos del microplástico y la dimensión de la contaminación que generan.
El objetivo del plástico cero es una meta muy valorada entre los consumidores. Por este motivo, en los envases en los que resulte complicado prescindir de este elemento, debemos reducir su cantidad en la medida de lo posible.
Para conseguir este objetivo, se han desarrollado utensilios, envases y recipientes elaborados con papel, cartón, madera, fécula de patata y fibras vegetales como el bambú.
Estos materiales tienen un periodo de descomposición por los microorganismos mucho más corto que el plástico. Incluso se compostan al mismo tiempo que los residuos orgánicos que producen los hogares. Por otro lado, podemos ver cómo, en su producción, se aplican criterios sostenibles de replantación y de gestión forestal adecuada.
Además, gracias a un sistema de reciclaje accesible a todos (a través de los populares contenedores azules), ya están muy avanzadas las técnicas de recuperación del cartón y el papel. De esta forma, se les puede dar vida útil otra vez. Al mismo tiempo, el diseño resistente de algunos envases de cartón o madera resulta interesante para muchos clientes, ya que pueden volverlos a utilizar como recipientes para otros usos.
Menos residuos con el packaging sostenible
Los envases diseñados con criterios de sostenibilidad también buscan generar el menor número de residuos. Esto se consigue tanto reduciendo los desechos posteriores como evitando un excesivo gasto de recursos energéticos durante la producción. De este modo, se limita la huella ecológica emitiendo menos dióxido de carbono a la atmósfera.
Una excelente opción es reducir el volumen de material. Esto quiere decir que los envoltorios se optimizan para usar la menor cantidad de embalaje posible, sin olvidarnos de que el producto debe ser almacenado y transportado con todas las medidas de seguridad.
Por poner un ejemplo, en lugar de envolver un kilo de manzanas con una bolsa de plástico, podemos utilizar una faja o una banda de papel que las mantiene sujetas y donde está escrita la información que se quiere destacar: desde la información nutricional o el logo de la marca hasta una promoción.
También tendremos en cuenta algo tan simple y necesario como la tinta usada en el etiquetado y la señalización de las características de la mercancía. Existen tintas elaboradas de manera que se baja la presencia de compuestos orgánicos volátiles (VOC) en las impresiones. La reducción de elementos contaminantes es uno de los aspectos fundamentales del ecodiseño.
Doble etiquetado o fajado
La elección de la presentación de la etiqueta y la marca de la empresa también responde a esta estrategia. Podemos escoger si usar doble etiquetado o fajado según diversas circunstancias y necesidades.
El doble etiquetado es la forma tradicional de señalización. Este sistema utiliza etiquetas adhesivas impresas que se colocan en los productos o en sus envoltorios. El fajado se presenta como una alternativa ecológica en la que se usa una banda en la que está impresa la información del producto. Esta banda, que puede ser de papel o de film, es flexible y adaptable a la forma de la mercancía.
Además, con la limitación de la presencia de productos adhesivos, conseguimos tres efectos: se deja de utilizar un material que puede resultar contaminante, se facilita el reciclado (al evitar que estén pegados dos elementos de distinta composición) y se evitan componentes que pueden dificultar e incluso imposibilitar el reciclaje.
Todas estas líneas de actuación podemos complementarlas entre sí. Desde Bandall Ibérica, hemos estudiado las posibilidades que ofrece el mercado para establecer un completo catálogo de recursos con los que proveer a los empresarios. La presentación final de los artículos es la culminación del proceso productivo y resulta determinante en su «puesta de largo» en el mercado.
En conclusión, el compromiso con la sostenibilidad nos aporta beneficios tanto medioambientales como económicos. El ecodiseño y su filosofía de reducción de residuos y optimización de materiales reutilizables nos proporciona soluciones prácticas. Entre ellas, el embalaje ecológico es la respuesta a una de las demandas que ha desarrollado una sociedad concienciada con el futuro y que quiere aprovechar los avances de la tecnología para cuidar el planeta.
