Los envases del futuro serán responsables, sostenibles y ecológicos, sin sacrificar en eficacia e higiene de los actuales. Cada vez los consumidores son más exigentes con sus marcas a la hora de elegir sus productos y de castigar aquellas prácticas que no consideren dentro de las líneas éticas que actualmente rigen los hábitos de compra.
La naturaleza también genera emisiones de dióxido de carbono (CO2) que absorbe en la misma medida. De ahí que sea un hecho irrefutable que nuestra industria genere un desequilibrio en las emisiones de CO2. Entonces, ¿qué se puede hacer para evitar que esto aumente?
Envases del futuro y medidas para mitigar el impacto medioambiental
A pesar del acelerado proceso del calentamiento global por la acumulación de las emisiones de dióxido de carbono, es posible mitigar la huella o el impacto ambiental humano con medidas y alternativas de consumo responsable.
Algunas de las propuestas viables, y de hecho ya implementadas en varios países industrializados, son los envases biodegradables para sustituir, por ejemplo, los materiales plásticos desechables. Esta medida se perfila para llegar a ser los envases del futuro, toda vez que, aunque no es una idea totalmente nueva, sí es una propuesta que redunda en beneficios que coadyuvan con el consumo de las necesidades básicas para la subsistencia humana sin afectar el medioambiente de manera negativa.
Esta idea ha adquirido un impacto exponencial en las empresas socialmente responsables y amigables con el planeta, de manera que han procurado reducir sus residuos de forma significativa. Asimismo, la conciencia ambiental les ha permitido realizar una fusión de diseño y funcionalidad en sus tipos de embalaje en un mercado cada vez más exigente avalado por sellos de calidad y la sostenibilidad.
El packaging en el contexto ecológico
Con la sociedad de consumo, el nivel de residuos a nivel global se ha incrementado exponencialmente. Los océanos cada vez más se llenan de partículas plásticas porque los residuos de los envases de este material van a dar al mar.
Ante esta problemática, numerosas campañas ambientalistas han puesto el dedo en la llaga para contribuir al cuidado del entorno. El Banco Mundial, por ejemplo, se ha sumado a esta iniciativa invirtiendo desde el año 2000 más de 4.500 millones de dólares para colaborar con programas de gestión de desechos sólidos.
La responsabilidad con la que cuentan las empresas en la sociedad demandaba un cambio en la manera de concebir el plástico. De ahí que ahora el mercado de packaging o embalaje haya sufrido una transformación sustancial y el plástico solo se use lo imprescindible y de forma responsable.
Es el caso del cartón compacto que, a parte de contar con muy alta durabilidad, puede ser compostado, lo cual facilita su reciclaje natural como una forma de responsabilidad ecológica y respeto al futuro del planeta.
Tipos de embalaje y su contribución al medioambiente
Hay tres tipos de embalajes que se diferencian por su funcionalidad: el primario, secundario y terciario.
- Embalaje primario: son todos aquellos envases que protegen directamente un producto. Por ejemplo, botellas, bandejas, vasos para café o soda, dónde se verterá directamente el contenido.
- Embalaje secundario: son las cajas donde se empaquetan los productos. Este tipo de envases ayudan a transportarlos, realizando agrupaciones o la unidad de venta. Por ejemplo, la caja de un medicamento, una colonia, caja con porciones de comida, etc….
- Embalaje terciario: también son cajas cuya función es proteger el producto, pero la diferencia es que son para un transporte o estancia prolongados, y así aseguran que las mercancías lleguen y se encuentren en buenas condiciones durante los procesos de distribución y venta. Por ejemplo, algunas cajas de cartones duros y resistentes.
Ahora bien, en lo que respecta al contexto medioambiental, su correspondiente relación con los envases y su presentación en función de los productos que promueven, es necesario también indicar cómo la industria del diseño ha evolucionado para corresponder esta creciente necesidad de coadyuvar con el medio ambiente y satisfacer las demandas de consumo.
Muchas empresas han propuesto soluciones de embalaje con visión ambientalista para, de esta manera, ofrecer envases que, además de cubrir la función primordial de contener y proteger al producto, proporcionen valor agregado, ya sea que le den un uso adicional.
Un mejor futuro con envases biodegradables
En resumen, acciones concretas como la utilización de envases con una menor presencia de plástico van a permitir una mejor convivencia del ser humano con el planeta, puesto que siempre alternativas amigables con el medioambiente.
Y es precisamente a las nuevas generaciones a quienes les atañe esta tarea, puesto que con un mayor acceso a la información pueden tener un mejor criterio para discernir entre los envases del futuro. Es decir, entre los embalajes de productos que marcan la diferencia a través de la sostenibilidad, o entre aquellos envases que solo sirven una vez y no coadyuvan al entorno. Por eso, un diseño responsable, avisos innovadores y materiales biodegradables o reciclables forman parte de esta creciente ola de conciencia medioambiental.