Un packaging personalizado es clave para mejorar la presentación de cualquier tipo de producto. Su formato influye directamente en el branding y en el marketing de la empresa ofreciendo una experiencia agradable, además de una mejora en la comunicación corporativa de un modo evidente.
¿Qué beneficios ofrece un packaging a medida?
Son muchas las variables que hay que integrar en la elección de un buen envase que protege un producto. Este debe alinearse con las necesidades que presenta el artículo y con la forma del mismo. A veces, no parece fácil encontrar una propuesta que reúna todos los requisitos que se analizan como prioritarios. Sin embargo, una solución a medida sí ofrece los resultados deseados. Es una tendencia consolidada en el mercado actual, ya que proporciona grandes ventajas.
1. Refuerza el nombre de la marca
Un embalaje personalizado está vinculado con valores como la calidad, la diferenciación, la profesionalidad, la atención al detalle, la cercanía y la confianza. El nombre o el logo de la entidad se percibe de manera inmediata en el packaging que contiene el producto. Conviene señalar que es un embalaje seguro que añade valor a los elementos disponibles en el catálogo. Por ello, la renovación del packaging produce un punto de inflexión que puede modernizar la imagen de la empresa o reforzar el factor sorpresa ante clientes y profesionales.
2. Influye positivamente en la percepción del cliente
La percepción que un cliente tiene de una marca depende de cuál es su opinión sobre el servicio que ha recibido. Su valoración no solo incluye un balance final: la primera impresión produce un efecto inmediato en su punto de vista. Y la estética de un embalaje que está personalizado con el nombre de la marca es muy profesional. El diseño cuidado del packaging personalizado produce una agradable sorpresa.
En ocasiones, el cliente decide guardarlo para darle un uso concreto en casa. Por ejemplo, algunos diseños de embalaje pueden reutilizarse e integrarse en la decoración del hogar. Un envase con forma de caja quizá se utilice como un recurso práctico para ordenar algún material en la vivienda.
3. Atrae a nuevos compradores a través de los clientes habituales
Un buen embalaje actúa directamente en la estrategia de marketing desarrollada por una empresa. Es un medio que adquiere visibilidad ante nuevos compradores que forman parte del entorno del cliente que ha realizado el pedido. Hay que tener en cuenta que el embalaje ofrece información esencial sobre el proyecto corporativo. Y, a partir de ese momento, pueden buscar más datos sobre la entidad si quieren hacer un pedido, comparar precios, consultar el catálogo o gestionar una compra. Pero un packaging a medida no pasa desapercibido desde el primer momento, es decir, tiene mucha personalidad.
4. Fidelizar clientes: un embalaje personalizado crea un recuerdo positivo
Llegar a nuevos compradores es importante para elevar las ventas a lo largo del año. Pero cualquier estrategia de crecimiento debe poner el foco, en primer lugar, en ofrecer una atención de calidad a los compradores habituales. Hay diferentes acciones que potencian la fidelización a largo plazo en un proyecto corporativo. Y un embalaje a medida fortalece la comunicación entre la marca y el consumidor final. Sencillamente, porque esta transmite su mejor versión y su responsabilidad desde el punto de vista comercial.
Es muy importante que un cliente actual o potencial recuerde información clave sobre una empresa que ha despertado su curiosidad. Algunos datos son más secundarios, no son tan decisivos en esa primera impresión. Sin embargo, un buen embalaje pone el acento, precisamente, en cuestiones clave como el nombre, el logo o la estética. Aspectos que, generalmente, se recuerdan durante más tiempo cuando están perfectamente integrados en el servicio recibido. Datos que quedan enmarcados en el formato de un buen embalaje.
5. Está de moda: es el formato que marca tendencia
El propósito de un proceso de compra gira en torno a la adquisición de un producto. Por tanto, la calidad del artículo o las características de la propuesta influyen en el criterio adoptado por el cliente. Sin embargo, una marca muestra una imagen más atractiva cuando sus productos están presentados en un embalaje cuidado. Y la personalización es una tendencia que poco a poco se ha consolidado en negocios, tiendas y empresas.
Existen diferentes ejemplos que muestran el nivel de innovación que ha alcanzado el sector de los envases personalizados. Crece el interés por los diseños sostenibles y ecológicos que cuidan el entorno por medio de materiales respetuosos con la naturaleza. Del mismo modo, los formatos actuales combinan la imagen visual y la funcionalidad. Entre todas las tendencias existentes, la personalización es una de las que se ha consolidado con más fuerza porque encanta a los clientes. Pero también gusta a las empresas: es un formato que reúne todas las condiciones deseadas para cubrir las necesidades específicas de un proyecto.
6. Diferenciación visual: es un diseño que destaca ante la competencia
El éxito de un embalaje personalizado reside, principalmente, en que muestra un acabado único. Es decir, es una presentación original, eficiente y diferente. Se alinea perfectamente con el nombre y la propuesta de valor de un proyecto. En consecuencia, es una manera de potenciar la diferenciación visual en torno a la marca. Un buen embalaje destaca por sí mismo y llama la atención por medio de sus detalles: su estética se diferencia de otros formatos presentes en el mercado.
La diferenciación con otros competidores no solo depende de la calidad del catálogo. En la actualidad, el embalaje se ha convertido en un recurso tan valorado como el propio producto.
Por tanto, un packaging personalizado influye en la presentación del producto y en la imagen de la empresa. Por esta razón, un buen formato mejora la relación con el consumidor, fortalece el branding e inspira confianza. En Deal II somos especialistas en la elaboración de soluciones de embalaje a medida. Y ofrecemos una prueba gratuita para obtener una muestra que sirve de referencia como posible solución de embalaje adaptada a las necesidades de la empresa.