Existen materiales como el poliestireno expandido que tienen importantes ventajas en el almacenamiento de objetos y se reciclan fácilmente. Esto es importante porque muchas veces nos planteamos cómo podemos hacer para disminuir los problemas medioambientales. Pues bien, está claro que el plástico es una de las principales preocupaciones de muchas personas alrededor del mundo. Por ello, queremos hablar sobre el reciclaje del poliexpan y los usos que tiene este archiconocido corcho blanco.
¿Qué es el poliestireno expandido o poliespán?
El poliestireno expandido (EPS), o poliespán (contracción del nombre completo), al que muchas personas se refieren como corcho blanco, es un tipo de plástico que deriva del poliestireno y que se caracteriza porque se puede reciclar y reutilizar sin ningún problema. A pesar de que puede ser un material tóxico, tiene numerosas ventajas que hacen que su uso en envases y embalajes sea recomendado, así como en construcción por sus importantes propiedades como aislante.
En cuanto a la toxicidad, hay que remarcar que puede llegar a ser un material tóxico para animales y entornos marinos cuando se libera en estos libremente. Como cualquier otro objeto que puedan ingerir involuntariamente, podría traer problemas a los peces en el aparato digestivo. No obstante, en este artículo queremos incidir sobre la importancia del reciclaje de este y otros plásticos, pues ahí está la clave para evitar problemas como el ahora comentado.
¿Cuáles son las ventajas de uso de este material?
Como adelantábamos anteriormente, el poliespán tiene algunas características que lo hacen idóneo para su uso diario y que tiende a ser cada vez más extendido.
En primer lugar, la higiene. Muchos envases son un sustrato de alimento para microorganismos y animales, lo que hace que se degraden con facilidad. Este plástico no lo es, es decir, que no hay en él aparición de mohos ni descomposición. Esta es, precisamente, la razón por la que se escoge para la venta de productos frescos como carnes, pescados o frutas y verduras. Por tanto, el poliestireno expandido contribuye, en parte, a garantizar la seguridad alimentaria.
La segunda de las características que se convierten en ventaja es la ligereza, que permite no acarrear demasiados pesos si se utiliza en el supermercado. También esto supone que sea útil en el diseño de algunos materiales que requieren flotabilidad, como las tablas de surf.
En tercer lugar, está el hecho de que es aislante térmico, por lo que se utiliza en fachadas de edificio, con un ahorro de energía importante, especialmente en lo que a calefacción se refiere. Esto, unido a su ligereza, confiere importantes ventajas en las fachadas con respecto a otros aislantes que no son tan ligeros.
Por otro lado, tenemos que hacer referencia a su posibilidad de reutilización y también reciclaje. Esto último es especialmente interesante porque no tiene gases CFC (muy dañinos para el efecto invernadero) y tiene un elevado poder calorífico. Por tanto, se suelen incinerar en plantas de recuperación energética, muy seguras.
Como quinta característica cabe destacar la resistencia a impactos. Cuando recibe un golpe lo absorbe, con lo que el producto que alberga no lo nota. Por este motivo, el EPS se utiliza tan frecuentemente para el embalaje de productos delicados, como pueden ser vajillas o electrodomésticos, durante el transporte.
Por último, subrayar algunas propiedades como la resistencia a sustancias. Como bien sabemos, los microorganismos no le afectan ni degradan, pero tampoco lo hacen la humedad, las sales, gran parte de los ácidos y las grasas.
¿Cómo se lleva a cabo el reciclaje del poliespán?
Para llevar a cabo una correcta reutilización, es determinante un proceso limpio y correcto, basándose en una serie claves fundamentales. Pero antes de empezar, todos sabemos que esta regeneración es crucial para el futuro del medioambiente, por lo que estas pautas son clave. He aquí la primera: para reciclar el poliespán debemos tirarlo al contenedor amarillo. Este es el contenedor que alberga bricks, latas y plásticos, por lo que también será el lugar de los envases y embalajes de este material.
Sin embargo, en caso de que se trate de un objeto de características muy elevadas o que esté impregnado de alguna sustancia, también es posible entregarlo en los puntos de recogida o punto limpio. En ellos, el personal está especializado en la clasificación de residuos para su posterior reciclaje. Por tanto, si tenemos dudas de si podemos o no introducir el producto de poliespán en el contenedor amarillo, esta segunda opción sería la acertada.
Métodos para el reciclaje del poliespán
En cuanto a los métodos para reciclar el material una vez que ha llegado al contenedor amarillo, se utilizan fundamentalmente dos. El primero de ellos consiste en desmenuzar el corcho blanco en piezas más pequeñas para después unirlas a material nuevo y crear nuevas formas que sirvan para utilización. Por lo general, estaríamos hablando de un 50 % de material reciclado junto con otra mitad del material nuevo.
La segunda de las formas en las que puede reciclarse el EPS es realizando una densificación mecánica. En este método se aplica energía, tanto mecánica como térmica, a todo el conjunto de fragmentos que se están reciclados, lo que permite obtener partículas compactas. Fundamentalmente, el objetivo de este tipo de reciclado es conseguir piezas volumétricas que se puedan transportar con mayor facilidad.
El tercer caso, con el mismo objetivo de facilidad de transporte que el anterior, no emplea métodos mecánicos. Es el primero cuya acción es llevada a cabo por elementos químicos como disolventes. Estos son capaces de disolver los diferentes espumados que se quieren transportar y así crear, nuevamente, artículos que garanticen un traslado sencillo.
Se podría decir que el reciclaje del poliespán es bastante sencillo y es muy conocido. Debido a las ventajas que tiene este plástico para envases y embalajes, es interesante que incidamos en la sociedad explicando la importancia del reciclaje. De este modo conseguiremos reutilizar este material, en lugar de crear uno nuevo, y se cerrará el ciclo de contaminación por presencia de plásticos innecesarios. Por ello es importante establecer un balance entre el almacenamiento de productos perecederos y plásticos y, sin duda, la mejor solución está en el reciclaje de los segundos.