En 2025, las normativas del packaging nos obligan a repensar cómo envasamos nuestros productos, poniendo el foco en la sostenibilidad y la economía circular. Lejos de ser un obstáculo, esta evolución representa una oportunidad para diferenciarse y conectar con los consumidores.
Estar al día con las regulaciones no solo es cumplir la ley, sino una forma inteligente de destacar y ganarse la confianza de los consumidores. A continuación, explicaremos todos los detalles de los principales cambios y cómo las empresas pueden adaptarse para aprovechar las nuevas oportunidades.
Principales cambios en la normativa del embalaje en 2025
A partir del 1 de enero de 2025, han entrado en vigor cambios significativos en la normativa de embalaje en España. Esto no es poca cosa, ya que se trata de un esfuerzo conjunto, impulsado por el Real Decreto 1055/2022 y el Reglamento Europeo de Envases y Residuos de Envases, para avanzar hacia un modelo de economía circular y mejorar la gestión de residuos en nuestro país.
Por eso, es fundamental que conozcamos los detalles de estos cambios, que nos afectan tanto a las empresas como a los consumidores.
Etiquetado obligatorio sobre reciclaje
A partir de 2025, las empresas deberán indicar claramente en los envases domésticos dónde deben ser reciclados. Esta nueva normativa busca facilitar la separación de residuos y concienciar a los consumidores sobre la importancia del reciclaje. La información deberá ser clara, visible y fácil de entender.
Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR)
El SDDR será obligatorio para envases de PET y polietileno de menos de tres litros y de un solo uso. Este sistema, que funciona mediante un depósito reembolsable al devolver el envase vacío, se implementará para mejorar la recuperación y el reciclaje de estos materiales. Los consumidores podrán devolver los envases vacíos y recuperar el depósito pagado, lo que incentivará la reutilización.
Responsabilidad ampliada del productor (SCRAP o SIRAP)
Las empresas que comercializan productos envasados deberán adherirse a los Sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP o SIRAP). Esto implica que las empresas serán responsables de la gestión de los residuos generados por sus envases, mediante una tasa obligatoria. Esta normativa pone el foco en la necesidad de que los productores asuman su papel en la economía circular y en la gestión sostenible de los residuos.
¿Cómo adaptarse a las nuevas normativas del packaging?
Adaptarse a las normativas de packaging puede sonar complicado, ¿verdad? Pero, en realidad, si lo enfocamos bien, puede ser una gran oportunidad para destacar. Las empresas que toman en serio este tema suelen hacer lo siguiente:
- Poner al día sus materiales y la forma en la que trabajan: esto significa buscar opciones nuevas y más ecológicas que cumplan con las reglas actuales.
- Trabajar codo a codo con proveedores de confianza: es fundamental asegurarse de que los materiales que se usan cumplen con todas las normativas.
- Revisar y mejorar cómo funciona toda su cadena de suministro: desde que se consiguen los materiales hasta que el producto llega al cliente, todo debe estar en regla.
Formar a al equipo: invertir en que los equipos estén al día con la información y preparados para los cambios es clave.
Oportunidades para las empresas
Más allá de la adaptación a los requisitos legales, las normativas de packaging sostenible representa una valiosa oportunidad para el crecimiento y la diferenciación. Analicemos algunas de estas oportunidades con mayor detalle:
Refuerzo de la imagen de marca y la conexión con el consumidor
En la actualidad, los consumidores no compran a ciegas. Investigan, se interesan por el impacto ambiental y valoran profundamente a las marcas que muestran un compromiso auténtico con la sostenibilidad. Por ello, cumplir con la normativa no es solo una obligación legal, sino una oportunidad para demostrar que la empresa comparte sus preocupaciones. Este enfoque no solo fortalece la confianza, sino que también construye una lealtad duradera con el tiempo.
Se abren las puertas a nuevos mercados
Cumplir con estándares estrictos a nivel local no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también allana el camino para expandirte a otros países. Muchas regulaciones internacionales comparten similitudes, lo que facilita la adaptación. Es como tener un pasaporte que te abre las puertas a nuevas oportunidades comerciales en mercados globales.
Ahorro a largo plazo
Es cierto que al principio adaptar procesos, materiales y formar equipos requiere inversión. Sin embargo, si lo ves a largo plazo, esa inversión trae grandes beneficios: optimizarás recursos, reducirás costes operativos y, además, podrías aprovechar incentivos fiscales y subvenciones que muchos gobiernos ofrecen por apostar por la sostenibilidad. Lo que parece un gasto inicial, puede transformarse en una inversión inteligente y altamente rentable.
Posibles cambios futuros en la normativa del packaging
El futuro del packaging se perfila con cambios significativos, impulsados tanto por la legislación europea como por tendencias globales hacia la economía circular. En la Unión Europea, para la Agenda 2030, se prevé la prohibición de ciertos envases plásticos de un solo uso, como los de frutas y verduras frescas no procesadas, o las bolsas ultraligeras de menos de 15 micras. Además, los fabricantes deberán reducir el peso y volumen de los envases, minimizando su impacto ambiental sin comprometer la funcionalidad del producto.
A nivel global, la adopción de políticas similares por parte de diversos países apunta hacia una mayor estandarización de las normativas y una colaboración más estrecha entre los actores del mercado
En definitiva, las empresas que vean en esta nueva normativa de packaging una oportunidad estratégica estarán mejor preparadas para liderar el mercado en una economía circular y sostenible. No se trata solo de cumplir con la ley, sino de anticiparse a las demandas de un consumidor cada vez más concienciado.