El embalaje sostenible es una de las prioridades en el mundo de la industria actualmente. Los clientes piden constantemente que los envases sean más sostenibles y respetuosos con el medioambiente, optando por sustituir los plásticos por otras soluciones menos perjudiciales.
La revolución para preservar el planeta ya está aquí
Desde hace algunas décadas, el uso del plástico se ha incrementado exponencialmente hasta nuestros días. El plástico es un material que no se degrada por la acción de microorganismos y eso hace que permanezca durante muchos años en nuestro planeta.
Dado que la gran mayoría de envases que se han utilizado hasta hoy son de plástico, es necesario evolucionar hacia otro tipo de materiales en el futuro. Materiales más sostenibles y respetuosos con el medioambiente que utilicen, cuando lo hagan, tan solo el plástico necesario.
El embalaje sostenible: una necesidad impuesta por el cliente
Las personas cada vez están más concienciadas sobre el porvenir de nuestro planeta y, por ello, buscan evitar todo aquello que le perjudique. Cada vez son más los clientes que optan por productos a granel o que están envasados con papel ecológico u otro tipo de envase sostenible.
Por tanto, no solo es la empresa la interesada en promover un envasado más respetuoso con nuestro medio, sino que son los clientes los que exigen productos con menor presencia de plásticos. Esta es la razón por la que se ha disparado la inversión en envases sostenibles de cara a un futuro próximo.
No solo las pequeñas empresas que quieren hacerse un hueco en el mercado tienen que apostar por estos envases. Las grandes multinacionales están invirtiendo para adaptarse a esta nueva era donde se espera que los países, especialmente en la Unión Europea, declaren la guerra al plástico en menos de un año. 2020 es el año que la UE ha establecido para prohibir el consumo de algunos productos de plástico no reutilizables.
¿Cómo son los envases sostenibles?
Los envases de este estilo abogan por los materiales más naturales como son el cartón, el papel o incluso la madera. La idea es que se trate de envases reutilizables o bien reciclables totalmente. Para que un envase pueda reciclarse hay que tener en cuenta diferentes aspectos.
No obstante, todo el auge que hay en cuanto a la preocupación por nuestro entorno va mucho más allá. Las empresas y sus clientes buscan también que la producción sea más sostenible, optimizando todo el proceso para minimizar las emisiones contaminantes. La salud de los trabajadores y la valoración de los mismos es otra de las claves que nos permiten mejorar nuestro planeta.
En resumen, podría decirse que, hoy en día, detrás de un producto el cliente busca mucho más. No solo se conforma con el producto final, sino que aboga por todo un proceso ético, moral y sostenible en la producción del mismo. Así, la transparencia de las empresas en estos aspectos es clave para mantener a sus clientes.
Criterios para considerar que un envase es sostenible
Hablamos constantemente de los envases sostenibles pero, ¿qué criterios tienen que seguirse para que un envase lo sea totalmente?
Debe ser reciclable
Para considerar que un envase es sostenible, hay que tener en cuenta algunos aspectos. En primer lugar, este envase debería ser reciclable. Es decir, que sus componentes sean susceptibles de entrar dentro de un ciclo de reciclado para que los materiales puedan reutilizarse nuevamente en otra forma diferente.
Debe ser renovable y abundante
Por otro lado, es conveniente que la materia que se utilice sea renovable y abundante. Esto implica que, una vez que se utiliza esa materia, pueda crearse nuevamente en la naturaleza o bien se trate de una fuente inagotable (como la energía solar). Si es abundante, podrá implementarse en otros procesos facilitando la creación de envases sostenibles en más lugares.
No debe contaminar
Otro aspecto importante es que se empleen materiales ligeros mínimos. Así mismo, que tengan una huella ambiental baja o, lo que es igual, que no contaminen apenas. Desde la materia prima hasta su reciclado, el material sufre numerosos cambios que pueden aportar contaminación a nuestro planeta. Cuanto menor sea esta huella, más sostenible será el envase.
Debe ser biodegradable
Por último, debemos destacar que también es importante que el producto sea biodegradable. Ante el caso de que algunas personas no lo reciclen o decidan tirarlo en cualquier sitio que pueda perjudicar a la naturaleza, este podría desintegrarse por la acción de microorganismos. Estos microorganismos lo descompondrían y aportarían nutrientes al medio natural en el que se encontrasen, con lo que los envases que no se reciclan debidamente desaparecerían. También es posible que el envase sea compostable y se retire en la basura orgánica, porque se descompone al igual que esta.
En definitiva, el embalaje sostenible es una necesidad actual para que podamos preservar el planeta, pero también para que el cliente quede satisfecho con su compra. La gran duda entre papel o plástico que surgía hasta ahora queda totalmente zanjada: el papel es una opción menos contaminante. Teniendo eso en cuenta, la innovación y los materiales serán condiciones para que el embalaje del futuro sea también sostenible.