La impresión de etiquetas ha experimentado un gran desarrollo en los últimos años. Las rotativas tipográficas han quedado atrás y hoy en día las empresas y profesionales que necesitan etiquetar apuestan por otro tipo de técnicas: impresión por transferencia térmica o impresión por transferencia térmica directa.
En este artículo, te hablaremos con más detalles de ambas tecnologías, cuáles son sus ventajas y diferencias y en qué industria se utiliza más cada una ¡Comencemos!
Impresión por transferencia térmica: durabilidad y resistencia
Cada método utiliza un cabezal de impresión que aplica calor, la diferencia viene en cómo. En este caso la impresión por transferencia térmica utiliza un cabezal, una cinta térmica y una etiqueta que puede ser de papel mate, sintético o semi brillo. El cabezal se calienta y con él, la cinta, que desprende una sustancia (tinta) que se queda impresa en la etiqueta, dando un acabado mucho mas resistente, duradero y a color
Este tipo de cinta o Ribbon viene de distintos materiales y dependen de la necesidad de durabilidad que desees que tenga la etiqueta. Normalmente viene en estos tipos de materiales:
- Cera: son menos resistentes, válidos para un etiquetado a corto plazo como: envíos de mensajería.
- Resina: este tipo de material ofrece una calidad superior y una durabilidad garantizada. Es comúnmente empleado en el ámbito sanitario y en la industria farmacéutica.
- Mixto: combinan las ventajas de ambos materiales haciéndolas fácil de usar y a un menor coste.
La ventaja que ofrece la impresión por transferencia térmica es la durabilidad. Esto se debe a que la cinta que está en contacto con el cabezal protege la impresión. Además, ofrece mayor resistencia, puede soportar cualquier tipo de temperatura extrema, luz solar, rozaduras, agua, químicos, entre otros.
A su vez, es mucho más versátil, se puede imprimir en diferentes superficies: nylon, metal, plástico, telas, polipropileno e incluso en tubos termorretráctiles. Además es posible imprimir en varios colores, no solo en blanco y negro.
Esta tecnología suele ser mucho más compleja y costosa por el material que se utiliza, la cinta o el Ribbon, se debe colocar de forma correcta en el cabezal, evitando que se doble o se arrugue, una puesta mal y se traspasará a la etiqueta, produciendo un daño o dejándola totalmente ilegible.
La industria que más utiliza esta técnica
Como hemos visto, cualquier sector puede hacer uso de este método. Sin embargo, se suele utilizar más donde el producto esté expuesto a factores externos de riesgo.
En el embalaje alimentario particularmente, se utiliza en envases de productos congelados o refrigerados para garantizar que su identificación sea duradera y legible. Esto es importante para que los consumidores puedan acceder a la información esencial del producto durante todo su ciclo de vida, desde el almacenamiento hasta la distribución.
En logística, se utiliza para aquellas mercancías que se ven expuestas a tiempos de transporte prolongados, donde puedan sufrir rozaduras, agua o incluso un almacenamiento en el exterior o en condiciones climáticas adversas.
En el embalaje para productos farmacéuticos y laboratorio, se suele implementar en el etiquetado de muestras de sangre que tienen que almacenarse a temperaturas bajas o en la impresión de códigos de barras en envases de productos. Estos códigos deben ser precisos y legibles en todo momento para garantizar la trazabilidad, autenticidad y seguridad del producto.
No obstante, la versatilidad de esta técnica de impresión trasciende mucho más allá de estos dos sectores específicos. Su adaptabilidad se extiende a industrias textiles, automotrices y diversas otras áreas industriales.
Impresión por transferencia térmica directa: más común, sencillo y eficaz
Es un método bastante utilizado por grandes industrias, su mecanismo consiste en que a través de un cabezal térmico, se traza el contenido de la etiqueta: imagen, código de barras, QR, texto, entre otros. Es decir, se imprime directamente en la etiqueta, sin utilizar ningún otro medio de transferencia. Actúa solo con calor, sin utilizar tinta o tóner.
Este proceso de calentamiento controlado es clave para la creación precisa del diseño en la superficie de la etiqueta o material de impresión utilizado, sin embargo, se pueden decolorar fácilmente con el tiempo si se exponen a la luz solar o al calor.
Como diferencia, destaca su precio y su sencillez en la aplicación, es decir no hay peligro en que la cinta se arrugue o se doble, sin fallas mecánicas, sostenible y sin pérdida de material por lo que ahorrarás en costes. El único inconveniente o desventaja es el mencionado anteriormente, al estar el cabezal en contacto con la superficie de la etiqueta a imprimir, sin nada que lo resguarde, experimenta mayor desgaste frente a la resolución de transferencia térmica.
Otro punto a destacar, es que solo puede imprimir en blanco y negro, ademas con el tiempo las etiquetas suelen coger un tono amarillento. Sin embargo, hay impresoras que suelen tener un material mucho mejor para evitar esto.
Industrias donde se aconseja utilizar Impresión por transferencia térmica directa
Este tipo de tecnología se puede utilizar en ámbitos donde la durabilidad y resistencia no sean exigibles. Pero, aunque no lo parezca, son muchos los sectores que apuestan por esta técnica de impresión, ya que se ajusta a sus necesidades.
Normalmente se aplica en pequeños trabajos de etiquetado, donde no requieren procesos de larga duración o una resistencia a eventos externos (altas temperaturas, productos químicos, agua, entre otros).
En el sector alimenticio, solemos verlo en las etiquetas de caducidad de los empaques como: salchichas, jamones, pan, aquellos alimentos que tengan un tiempo de vida reducido, también en los tickets de compra de los supermercados o tiendas.
También en agencias de transporte para identificar bultos o en los hospitales/clínicas para identificar pacientes o en eventos como pulseras, acreditaciones, entre otros.
En conclusión, la impresión por transferencia térmica se destaca por su robustez y aplicación en entornos exigentes, mientras que la transferencia térmica directa ofrece simplicidad y costos reducidos, adaptándose a necesidades de etiquetado menos rigurosas en varios sectores, desde alimentos hasta logística y salud.
¿Ya tienes claro qué solución te ayudará a impulsar tu negocio?