Tras el producto, el envase es lo más importante. Es la carta de presentación de la organización, por lo que no es extraño que muchas empresas optemos por una personalización completa para el packaging. Es aquí cuando entra en escena el embalaje a medida.
¿Qué es un embalaje a medida?
Un embalaje a medida se puede considerar como un packaging personalizado. Sin embargo, debemos hacer referencia a la existencia de un molde en el que el producto llega a encajar a la perfección. Así, es posible cubrir todas las necesidades o exigencias de los particulares y las empresas.
Puede parecer, de cara a los demás, que es una inversión muy costosa en tiempo y dinero. Esto no es así. Es una inversión que proporciona un ahorro de tiempo y dinero importante, a largo plazo, además de que mejora la experiencia del cliente con el embalaje.
Tipos de embalaje según funcionalidad
Como es lógico, existen diferentes tipos de embalaje de productos. En todos los casos se busca favorecer la imagen del producto, aunque lo más destacado es que este packaging sirve para relacionar el producto con el cliente, además de potenciar un embalaje seguro.
Existe una clasificación exacta, la cual detallamos en las siguientes líneas.
Embalaje primario
Es conocido en el mercado como el embalaje minorista. Es el que está en contacto directo con todo tipo de productos. Su característica principal es cumplir una función atractiva, por lo que queda concebido como una carta de presentación del producto. En este caso, se puede hablar de las botellas de vidrio o plástico de muchas marcas de bebida o alcohol existentes.
Embalaje secundario
Hace referencia a todos los embalajes que siguen criterios de almacenamiento o transporte, según la tienda o almacén en el que estén situados. En este embalaje se insertan varios productos, como por ejemplo, diferentes productos que son transportados en toda la cadena logística y cuya principal misión es la de proteger.
Embalaje terciario
Normalmente, es un embalaje que no llega a ser visto por ningún cliente. Simplemente, tiene la capacidad de agrupar todo tipo de unidades para facilitar la manipulación de los productos en todo el transporte. Es decir, tiene una finalidad industrial, lejos de los hogares, pudiéndose ser un palet que está cargado de cajas de cartón.
Materiales utilizados en los embalajes a medida
El packaging, a medida o personalizado, también puede tener una clasificación que depende del material en el que esté fabricado. En el actual contexto social y ambiental, la tendencia eco está a la orden del día, siendo una apuesta cada vez más seguida por parte de las organizaciones. Entre los diferentes tipos de materiales destacamos los cuatro siguientes.
Plástico
Es el material más común, usado realmente por su bajo precio, ligereza y versatilidad. Sin embargo, está expuesto al precio del petróleo y las materias primas, encareciéndose en momentos en los que sube la energía. Asimismo, es altamente empleado por sus capacidades para resistir frente a la humedad y el polvo. Un aspecto a tener en cuenta es que es muy variado, algo que suele encantar a las organizaciones, puesto que lo convierten en un material empleado para diferentes fines y productos.
Embalaje de papel y cartón
Con ellos se evitan los golpes y las roturas. La mayoría de ellos son de celulosa o papel kraft. Actualmente, están en tendencia, dado que apuestan por materias sostenibles y mejorar la imagen de marca. Asimismo, que sean reciclables es otro aspecto a valorar al reducirse la huella de carbono. Por otro lado, son perfectos para ser personalizados, en el contexto mencionado de la sostenibilidad, de dar una imagen sostenible del packaging.
Embalajes de madera
En este tipo, la madera queda relegada para el transporte de mercancías de una forma eficiente. Y lo hacen en diferentes tipos de envíos, bien sea en todos los que se envían por mar, tierra o avión.
Para qué se usa cada tipo de embalaje y qué funciones tienen
El embalaje está pensado para la protección durante el transporte, pero este uso poco a poco, pese a que ha ido mejorando, ha ido quedando a un lado viendo las nuevas novedades que existen en el sector. Las funciones del embalaje son diversas: contiene el producto y embellece el aspecto exterior. No obstante, existen algunas más.
Entre las funciones “extra” estaría la motivación de compra de productos por parte de los clientes. Esto es posible gracias a creaciones potentes, coloridas y atrevidas. Asimismo, identificar el producto es otra de las misiones, seguida muy de cerca por la comunicación de información relevante (ingredientes, formas de manipulado, instrucciones, componentes o fechas de caducidad, entre otros muchos más).
Eso sí, para disfrutar de todas estas funciones se debe seleccionar el material adecuado para cada producto, elegir el embalaje que más se adapte a la actividad de la empresa y producto y precintar o flejar para dotar de mayor seguridad al envío.
La importancia del branding
La mayoría de las compañías son conscientes de que no solo un embalaje seguro es prioritario, sino que la mejora de la imagen es importante. Por definición, el branding es una práctica en la que una compañía crea un nombre, diseño o símbolos que son fácilmente identificables y con la que la empresa quedará representada. Esto tiene un beneficio directo: que el cliente lo distinguirá.
Se puede considerar como una técnica de impresión impresionante, una forma de distinguirse de los demás y ofrecer una experiencia completamente personalizada. Entre otras ventajas, estaría aumentar el valor comercial de la marca y el packaging, darse a conocer a otros clientes y diferenciar entre los productos y servicios ofrecidos. En definitiva, la empresa podrá aprovechar su soporte para grabar mensajes, materiales, colores o formas y mejorar la imagen de marca.
Como hemos comprobado, el embalaje a medida es una clara oportunidad para todo negocio. Además de personalizar al máximo el packaging, quedará adaptado al máximo a los requerimientos de los clientes, potenciará la imagen de marca y dará la imagen de la empresa que siempre se había deseado.