La automatización industrial es el presente y el futuro en las organizaciones empresariales. ¿Por qué? Porque nos permite disminuir costes y aumentar la productividad, exactamente el deseo de cualquier empresa.
La automatización inteligente solo trae ventajas. La clave radica en el calificativo «inteligente». Alude, por supuesto, al sistema artificial que rige los automatismos. También a la adecuada convivencia que los robots y los trabajadores deben mantener. Esto resulta fundamental para impulsar el enfoque de la automatización adecuadamente. ¿Lo analizamos a fondo?
Ventajas de la automatización industrial
Cada proceso productivo es especial. Muchas veces, los procesos incluyen tareas repetitivas y monótonas que, realizadas por humanos, resultan dificultosas, aburridas y, normalmente, menos precisas y rentables.
En los últimos años, la automatización está adquiriendo un gran protagonismo. Su implementación se traduce en una agilización de los procesos y una optimización de nuestros recursos. Los despilfarros de energía, materias primas y tiempo se reducen considerablemente. Y los resultados no solo son más rápidos, sino que también cuentan con una mayor calidad.
Parece que es solo cuestión de tiempo que todos los procesos productivos sean ejecutados por máquinas automatizadas. Las organizaciones empresariales miran siempre por los intereses: la automatización y la robótica los mejoran. Pero, esto no quiere decir que tengamos que olvidarnos del factor humano. Este es igual de necesario que la automatización industrial.
Por qué la automatización industrial está triunfando
Presentamos una relación con las principales ventajas de esta revolución tecnológica:
- Más productividad y rentabilidad. Según los estudios realizados, la productividad crece en un 40 % gracias a la automatización industrial. Además de la agilidad y la eficacia que supone utilizar automatismos en las tareas repetitivas, el efecto positivo indirecto es la liberación del ser humano. Las personas dedicarán su talento a realizar aportaciones más especializadas y, a medio y largo plazo, más productivas.
- Anticipación a los problemas. La fiabilidad de estos sistemas proporciona otros beneficios significativos. Entre ellos, están fijar alertas ante funcionamientos irregulares, averías o posibles fallos. Así, las disfuncionalidades se detectan antes de que ocurran, lo que reduce los costes y consecuencias negativas. Además, estos equipos pueden chequearse y arreglarse a distancia.
- Ajustes de stocks. Cuando surgen problemas en la cadena de suministro o con determinados productos, incluso al enfrentarnos a roturas de stock, la capacidad de reacción es mayor y más flexible.
- Descenso de gastos. Gracias a la automatización y la robótica, se pueden disminuir costes entre un 25% y un 50%. Como sabemos, estos ahorros siempre son ventajosos para la economía de una empresa. No es de extrañar que, en 2020, la inversión anual en estas tecnologías incrementara en un 40,6 % en las empresas. Y la tendencia sigue al alza. Los ahorros que obtenemos derivan de la eficiencia operacional, de la optimización de los activos y de la mejora de la calidad obtenida.
- Control y poder de decisión. Los robots no solamente realizan las tareas repetitivas antes y mejor. También generan una información muy valiosa mientras desempeñan el trabajo. Si sabemos compilar, relacionar y analizar sus datos, contamos con una base fabulosa para tomar decisiones de la forma adecuada. Basarnos en hechos, reflejados en datos reales incuestionables, siempre es más fiable que actuar a partir de impresiones, estimaciones o sensaciones. Además, esta información nos ayuda a controlar mejor la relación con los proveedores, los materiales y las cantidades consumidas. Incluso los costes de embalaje, por ejemplo, se pueden ajustar según las circunstancias.
Consecuencias de la automatización industrial
Existen dos grandes ámbitos de incidencia de la automatización:
- Dentro de nuestras empresas.
- En la sociedad en su conjunto.
Para las empresas
Automatizar un proceso no solo consiste en reestructurar la línea de producción para incorporar robots y automatismos. Esta metamorfosis conlleva muchos cambios físicos, estructurales y relacionales.
Mencionamos a continuación, a título de referencias no exhaustivas, algunas de las transformaciones internas:
- Es necesario paliar la resistencia al cambio, los miedos irracionales de los trabajadores y el desconocimiento inicial.
- Hace falta reorganizar el organigrama operativo de nuestras organizaciones para reasignar las funciones según las nuevas circunstancias.
- Conviene eliminar las principales barreras para la automatización (la fragmentación en los procesos, improvisación, falta de visión, competencias, destrezas y apoyo directivo).
- Hay que afrontar una exigente fase de implementación llena de dudas y alguna sombra. Sabemos que van a disminuir los costes a medio y largo plazo, pero en el corto plazo, el proceso resultará algo traumático. Además, exige unas inversiones previas.
En términos positivos, las principales consecuencias que obtendremos son las siguientes:
- Ahorro en costes laborales.
- Mayores economías de escala y, en consecuencia, más ganancias.
- Disminución de los errores y aumento de la calidad final.
- Minimización de los parones técnicos.
- Optimización de la seguridad laboral.
Para la sociedad
En los primeros momentos, se atravesará una fase social de ajuste e incertidumbre. Se llevará a cabo una profunda transformación del trabajo humano. Desaparecerán algunas labores y surgirán otras nuevas.
Algunos hablan de un porvenir inquietante, plagado de mayores desigualdades y pobreza. En realidad, nada parece estar más lejos de la realidad. El progreso siempre acaba extendiéndose en favor de todos, algo que también sucederá con la automatización industrial.
Las personas nos enfocaremos en las tareas más creativas, motivadoras y exigentes, genuinamente humanas, mientras que las máquinas se encargarán de las labores tediosas. Gracias a ello, tras ese inicial periodo de transición, las personas estaremos más realizadas en nuestros trabajos y también más descansadas.
Será más fácil conciliar nuestra vida y llegaremos a olvidar que hubo un tiempo en el que desempeñamos ciertas tareas.
La disminución de costes como beneficio
Desde Deal II, animamos a nuestros clientes y colaboradores a apostar cuanto antes por la automatización industrial y la robótica. No solo son el futuro, sino también el presente. Al emplear estos sistemas, la mayor productividad y el descenso de los costes generarán una rentabilidad superior.
Con todo, no solo se trata de disminuir costes. Su aportación son también condiciones laborales más seguras, estimulantes y satisfactorias. Los trabajadores convivirán con las máquinas, las gestionarán, programarán y completarán con su talento, sus destrezas y cualidades humanas. En consecuencia, a medio plazo, todos saldremos ganando.