El embalaje de productos es un proceso que se lleva a cabo para el acondicionamiento y protección de los mismos durante su manipulación, traslado o almacenamiento. Con esta operación preservamos la mercancía frente a riesgos mecánicos como vibraciones o colisiones, roces o caídas, deterioro, humedad o corrosión, contaminación, etcétera.
Entre las funciones del embalaje también se encuentran la identificación de la carga, mejorar su presentación y ofrecer información complementaria como, por ejemplo, su procedencia. Asimismo, ofrece seguridad frente a posibles robos o la manipulación no autorizada de terceros.
Tipos de embalaje y sus características
A la hora de hablar de tipos de embalaje y sus características, podemos hacer varias clasificaciones que no son excluyentes entre sí. En función de las aplicaciones que vayamos a darle y de nuestras necesidades específicas en cuanto a prestaciones, será más conveniente elegir uno u otro modelo.
De este modo, podemos hablar de embalaje primario, también conocido como principal o minorista y que es aquel que está en contacto directo con el producto; embalaje secundario, que permite crear unidades de carga con fines logísticos o de marca, y el embalaje terciario, que agrupa productos con embalaje primario o secundario, sirve para proteger la mercancía y se emplea principalmente en el proceso de distribución.
Embalaje de productos según su material
Otra distinción tiene que ver con el material que empleemos en el embalaje de productos. Los más demandados y habitualmente utilizados son:
- Embalaje de plástico: ofrece un alto nivel de protección ante factores externos como el polvo o la humedad. Además, es flexible y ofrece resistencia, ligereza y practicidad. La variedad es amplia y podemos encontrar, por ejemplo, envases, cajas y contenedores, flejes, precintos, cantoneras, film estirable, perforado o retráctil… Se emplea principalmente en el sector de la alimentación. También en lo que conocemos como embalaje frágil, para proteger mercancía delicada (plástico de burbujas, bolsas de aire o mallas de protección tubular).
- Embalaje de cartón y papel: su principal característica es que se emplean materiales sostenibles, lo que ha provocado un elevado incremento de la demanda en los últimos tiempos. Asimismo, garantiza un rendimiento óptimo. En esta clasificación encontramos, entre otros, embalajes a base de celulosa moldeada, cartón ondulado o papel kraft. Entre sus numerosas aplicaciones, podemos destacar que es un embalaje para e-commerce ideal.
- Embalaje de vidrio: es un tipo de embalaje no tóxico, inodoro, impermeable y resistente a la presión y a las temperaturas extremas. También es un material reutilizable y, por tanto, sostenible. Se utiliza principalmente como solución para embalaje primario, en sectores como la industria alimentaria, la química y la cosmética.
- Embalaje de madera: ofrece una gran protección en el transporte de mercancías eficiente. Se usa principalmente para cargas pesadas. En esta clasificación podemos encontrar, por ejemplo, palets, cajas o jaulas de madera, que se usan para el traslado de objetos de grandes dimensiones que no son desmontables.
- Embalaje de aluminio: es un material usado básicamente en el embalaje primario, sobre todo en el sector de la alimentación. Aporta rigidez y ejerce de barrera ante la humedad, la luz, el oxígeno o la corrosión. También es habitualmente empleado en la industria farmacéutica.
Por último, en función de la aplicación que vayamos a darle, podemos diferenciar entre embalaje de contención, de protección de la carga, de unión para agrupar varias unidades, de promoción de productos…
Pasos imprescindibles a seguir en el proceso de embalaje industrial
A la hora de poner en marcha el proceso de embalaje industrial de mercancías, es importante que tengamos en cuenta una serie de consideraciones:
- El peso y las dimensiones de la carga.
- El formato de los artículos a embalar.
- La fragilidad del producto y otras características específicas.
A partir de ahí, podemos enumerar una serie de pasos imprescindibles a seguir para conseguir un resultado eficiente. Antes, hemos de seleccionar el tipo de embalaje adecuado en función del material, valorar la función que necesitamos cubrir con el embalaje (protección, aislamiento, presentación, etcétera) e incluir protectores adicionales en caso de que nos encontremos ante un embalaje frágil o necesitemos cubrir los huecos vacíos que queden en el interior de la carga.
El proceso habitual de embalaje consta de las siguientes fases:
- Envolver la mercancía con material flexible, como puede ser film de plástico o papel, para protegerla de daños o alteraciones que pueda sufrir durante su almacenamiento o transporte.
- Incorporar material de relleno, como espuma o plástico burbuja, para asegurar la carga y aumentar su protección frente a golpes, roces o cualquier otro accidente.
- Cerrar y sellar adecuadamente los empaques utilizando consumibles como la cinta adhesiva. Es conveniente reforzar bien todas las esquinas, vértices y puntos de cierre para aumentar la seguridad de la mercancía en el interior.
- Etiquetar incluyendo la información oportuna para facilitar la identificación del producto y, de este modo, lograr que la logística del transporte sea eficiente y organizada. Así aumenta la garantía de que la mercancía llegue correctamente a su destino.
- Apilar las cajas en los palets adecuados para mejorar su almacenamiento y transporte. Una correcta paletización no solamente ofrece eficiencia y seguridad, sino que también permite simplificar el proceso logístico, lo que repercute directamente en una optimización del rendimiento en la cadena de suministro.
La importancia de un embalaje de calidad
En definitiva, apostar por un embalaje industrial profesionalizado aporta numerosas ventajas. Además de la protección de los productos y de la simplificación del proceso logístico, otra de las funciones del embalaje tiene que ver con reforzar la imagen de marca.
Esto se debe a que es posible personalizar los empaques insertando imágenes corporativas o grafismos, o bien usando una amplia variedad de complementos y accesorios como los adhesivos o los vinilos decorativos.
Como distribuidores de soluciones de embalaje a nivel nacional, en Deal II somos muy conscientes de la importancia de poner en manos de profesionales el proceso de embalaje de productos. Contar con su asesoramiento y experiencia, a la larga, nos reportará una amplia cantidad de beneficios que se traducirán en la posibilidad de ofrecer un servicio de calidad al cliente final.