Debido a la globalización de los mercados, el embalaje para exportación ha adquirido la relevancia que realmente tiene para las empresas en expansión. El desarrollo de nuevos mercados exige contar con la total confianza del cliente, lo que implica ofertar productos de calidad que lleguen a su destino en las mismas condiciones en las que fueron producidos y garantizar el abastecimiento.
Esto lo conseguimos protegiendo correctamente las mercancías ante daños que pudieran producirse durante su manipulación y transporte o por una exposición inadecuada a los agentes ambientales. Como ocurre con todo tipo de transporte de mercancías, es fundamental que elijamos el embalaje apropiado que mantenga la carga en óptimas condiciones.
Si bien esto es importante para crear y mantener una buena imagen de nuestra marca, no lo es menos cumplir las normativas y leyes propias de los países por donde vayan a transitar.
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Características del embalaje para exportación
El embalaje para la exportación ha de ser capaz de proteger la carga en todo el proceso, ya que las mercancías tendrán que ser apiladas, levantadas, movidas, empacadas y transportadas en grandes cantidades tanto por vía terrestre, marítima o aérea.
Para que esta cadena de acciones funcione, resulta imprescindible contar con diversos tipos de maquinaria automatizada y los consumibles adecuados para cada tipo de mercancía. Tendremos en cuenta cinco características generales:
- Compatibilidad. El material y tipo de embalaje no es el mismo para todas las mercancías. De la compatibilidad con el producto va a depender que se transmitan o no microorganismos u olores y aromas (en el caso de los alimentos, por ejemplo).
- Preservación. El embalaje debe ser capaz de conservar las propiedades del producto.
- Practicidad. Debe poder montarse, llenarse y cerrarse de forma ágil y efectiva.
- Comodidad. Los productos han de ser fácilmente manipulados, cargados y transportados.
- Seguridad. Hemos de mantener seguros tanto a los operarios como a las mercancías en cualquier momento del proceso.
Consideraciones importantes a tener en cuenta al exportar
Logística para las PYMES
Una buena política de logística empresarial nos reportará beneficios que se reflejarán en menores costes de comercialización, mayor satisfacción del consumidor, un aumento de los márgenes de venta y mejor control del flujo de mercancías.
Para lograrlo, necesitamos cuidar todos los aspectos de la logística: almacenaje, manipulación, producción, atención al cliente, reciclaje y servicio posventa. Deberemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- La normativa y leyes. Antes de comenzar con la exportación, resulta imprescindible que conozcamos las condiciones de acceso a los nuevos mercados y saber manejar los incoterms para evitar malentendidos entre las empresas por diferencias de idioma, sociales o culturales.
Desde el 1 de enero de 2020, las exportaciones e importaciones se regulan por una serie de normas que establecen los derechos y obligaciones del vendedor y comprador. Esta legislación es revisada periódicamente para adaptarse a los continuos cambios que experimenta el comercio internacional.
- Tipología de carga. Puede ser perecedera, peligrosa, frágil, de pesos o dimensiones especiales, etc.
Palets
El palet europeo nació de la necesidad de estandarizar el uso de estas plataformas para optimizar el aprovechamiento del espacio. Desde la aparición de la norma europea UNE-EN 13698-1, se estipularon unas medidas de 1200 x 800 mm y un peso aproximado de 25 kg, teniendo que ser capaces de soportar cargas de hasta 1500 kg en uso y hasta 4000 kg en estático.
Maquinaria automatizada
Las exigencias de los nuevos mercados no podrían ser cubiertas sin la maquinaria automatizada existente, ya que las máquinas se encargan de proteger con eficacia un gran volumen de mercancías con los embalajes para exportación adecuados. Estos sistemas automatizados cumplen distintas funciones. Cada uno de ellos está pensado para distintos productos según sus características y requerimientos.
Flejadora industrial
La flejadora rodea la carga con flejes para que podamos estabilizar y proteger la mercancía durante su manipulación y transporte. Las principales aplicaciones de la flejadora industrial son el flejado de paquetes, la agrupación y compactado de los productos, el sellado y precintado de seguridad, la fijación y la unión de las piezas individuales según tamaño.
Retractiladora
Estas máquinas envuelven la mercancía compactándola con un film termoplástico que sella la carga al palé. Las retractiladoras nos permiten abaratan los costes al estirar los films plásticos.
También llamadas «hornos de retracción», tienen distintos tamaños y varios niveles de automatización y resultan muy útiles para diversas industrias.
Encapuchadora
Envuelve la carga con film de plástico extensible, protegiéndola de la suciedad y las condiciones climatológicas adversas, como lluvia o fuertes vientos.
La encapuchadora también realiza las funciones de retractilado sellando el envoltorio para hacerlo inviolable. La podemos utilizar en el embalaje de exportación que vaya a estar almacenado fuera de la nave o en contacto directo con el exterior durante el traslado.
Enfardadora
Compacta y embala la carga envolviéndola con un film industrial transparente de plástico. La mercancía queda protegida y estable durante su manipulación y transporte. Supone un ahorro importante, ya que puede gastar hasta tres veces menos film.
Materiales de embalaje para exportación
Tras escoger el contenedor oportuno, habrá llegado el momento de rellenarlo para que las mercancías no se muevan en su interior. Para tal fin, hemos de usar materiales de embalaje como, por ejemplo, plástico de burbujas, «chips» de relleno, almohadas de aire, cartón ondulado, papel kraft o bolsas de espuma (estas últimas, muy adecuadas para cristal).
Si es necesario proteger ángulos o aristas, los perfiles de polietileno amortiguarán los golpes, además de contar con la ventaja de ser reutilizables. Para los productos sueltos, las mallas tubulares plásticas o de espuma nos proporcionarán un resultado perfecto.
Si vamos a exportar piezas metálicas o se hace necesario un material hidrófugo, la mejor opción es el papel alquitranado o parafinado.
Las cargas de alimentos perecederos requerirán los embalajes isotérmicos y un acumulador de frío. Para exportar a países cálidos, recomendamos las cintas de polipropileno con masa adhesiva de PVC o caucho y, para los fríos, cintas adhesivas de polipropileno con base acrílica.
En transportes pesados o voluminosos, aconsejamos reforzar el cierre con cintas técnicas (reforzada, cola termofusible o cinta americana). Además, podemos personalizar las cintas para identificar las mercancías.
En conclusión, proteger de forma óptima el material que vamos a transportar es un factor imprescindible para mejorar la imagen de nuestra marca y mantener la calidad de nuestros productos a la hora de exportarlos.